Fecha: 30/04/2025
Publicada en 1943, esta novela del autor gallego, destaca por la originalidad que presenta en la sinfonía de temas y personajes, el lenguaje poético, la aparente falta de estructura, el antropomorfismo y el fino humor, cargado de ternura.
Su protagonista principal es la vida, en el sentido más amplio, extenso y profundo de la palabra. Esa vida cotidiana, que Fernández Flórez, sitúa en el entorno natural de la fraga,
de la que forman parte los árboles, vientos, estaciones, animales, hombres, vivos y muertos. Esa vida que confluye en este paraje gallego, el cual el autor conoce muy bien, y con el que mantiene un vínculo emocional especial por haber sido durante algunos años su lugar de
descanso. Nos lo dice él mismo, en el primer capítulo, cuando escribe: “ Este es el libro de la fraga de Cecebre”. Y a continuación la describe, según su lengua gallega, como “bosque inculto, entregado a sí mismo en el que se mezclan varias especies de árboles”.
Este es el espacio natural en el que acontecen las historias contenidas en esta novela, las cuales el autor divide en dieciséis Estancias, que se pueden leer de manera independiente unas de otras. Unas veces, los protagonistas son árboles que tienen el don de imitar sonidos de lo más variado y que al toparse con un poste puesto por el hombre, con un fin importante, surge un diálogo que altera la vida del bosque.
En otras historias, los protagonistas, son los hombres y mujeres del entorno de la fraga. Resulta enternecedor el amor de Geraldo, quien perdió una pierna siendo ballenero en su juventud, por Hermelinda, la cual marchó a La Coruña a servir y jamás regresó. O la del bandido Fendetestas que al grito de : ¡Alto, me caso en Soria! se ganaba la vida, con poco éxito, asaltando a los que transitaban por el bosque. No podía faltar en una novela en tierras gallegas la Santa Compaña. Se trata del fantasma de Fiz Cotovelo, obligado a penar hasta
que alguien cumpla por él la promesa de acudir a San Andrés de Teixido.
El punto dramático lo pone la triste historia de Marica da Fame y su hija Pilara, una de las familias más pobres de la aldea. La niña, servía por cinco pesetas al mes en casa de Juanita Arraullo, haciendo trabajos de mujer sin ningún tipo de compasión por parte de nadie. En esta historia su trágico destino parecía escrito de antemano.
La Moucha, meiga gallega, tampoco podía faltar en la aldea .Ejercía su oficio a cambio de “la voluntad “ .A su lecho de muerte acudirá lastimera la pobre Marica para suplicar que le ceda el puesto de meiga : ¡ Mouchita déjame de meiga, mujer! Cabe destacar el papel protagonista de algunos animales en las diferentes historias, como son el caso de Furacroyos, en cuyo relato, el topo color nube de invierno busca desesperado a su pareja hasta descubrir el terrible destino de su amor. O la gata Mouriña, una aventurera felina que regresa escarmentada a la dulce esclavitud del hogar de los D ̈Abondo.
Merece especial atención la revolución protagonizada por las moscas del Pueblo Pardo, contra el dominio del hombre, al grito de : ¡Uuuh, la tierra es nuestra! ¡Uuuh, de norte a sur!. En su afán por la antropomorfización, adjudica al famélico perro de los Esmorris un sentido
del honor y la lealtad que le impide aliarse al zorro para hacer el mal . Y las truchas, indignadas por el falso cebo de colores, heridas en su orgullo, responden con burlas a las malas artes del Señor D’Abondo, colocando una lata oxidada en el anzuelo porque según
ellas: ¡A moscas de acero, peces de hojalata! Sin embargo, la tarea del lector de esta obra tan original, no es sólo leer las historias que
aquí se relatan, sino descubrir el alma que hay tras cada una de ellas, el alma de la fraga que las ha engendrado. Acercarse con el asombro de los niños, sin prejuicios, salir de uno mismo para contemplar con “la ternura un poco infantil, necesaria para gustar sus historias”
según explica el propio Fernández Flórez. ¡Espero que consigamos descubrir ese alma infantil que todos poseemos, para poder
disfrutar esta lectura!
A.N.G