Fecha: 23/03/2023
El pasado 1 de marzo, Loreto Moral, directora de Fuenllana, fue entrevistada en La Brújula de la Educación (Onda Cero).
La conversación tuvo como protagonista la salud mental de las alumnas, un tema fundamental. Además, recordaron el premio Excelencia en Bienestar Emocional y Psicología 2023, por el Centro de Apoyo a la Familia (CAF), que recibimos hace unos días por parte de la Universidad Internacional de la Rioja.
- ¿De qué manera se cuida en el colegio Fuenllana la salud mental de los alumnos y de toda la comunidad educativa?
En el colegio Fuenllana después de la pandemia -y antes- detectamos que quizá uno de los problemas más grandes que tenemos en la sociedad está relacionado con el bienestar emocional.
Desde hace dos años hemos trabajado a dos niveles. Por un lado, la prevención, con un plan formativo para el profesorado. Pretende que sepan ayudar y educar a que, desde niños, pero especialmente los adolescentes, sean resilientes, logren equilibrio emocional, que el colegio sea un sitio agradable para ellos, que cuiden las amistades y ayudándoles a tener un carácter más fuerte.
Y, por otro lado, trabajamos de la mano de una clínica de psicólogos para derivar casos que el profesorado detecta, ya que un alumno puede empezar a tener problemas más serios. Es importante el profesorado porque al final del día son los que pasan más horas con ellos. Y como los profesores no son especialistas -son profesores-, es clave que podamos derivar a una persona que pueda ayudarles a nivel clínico.
- ¿Cuáles son esas alarmas que detecta el profesor y que le permite advertir que puede haber un problema de salud mental en un alumno?
Una alarma que solemos usar mucho los profesores es el cansancio. Niños que vienen al colegio habitualmente dormidos. Depende de cada uno, pero a veces sucede que pasan muchas noches con redes sociales o preocupados por algo. Eso repercute luego en el rendimiento académico.
El profesorado lo puede hablar en una evaluación, en una junta de evaluación, o cuando vemos a una persona que no está rindiendo. A veces nos tenemos que preguntar más allá de si estudia o no, si a lo mejor está teniendo un problema en su casa o un problema de amigos, un tema a nivel personal, etc.
Otra alarma es que tenga reacciones desproporcionadas, de enfado a la mínima, o que se viene abajo con cosas que pueden ser menores. Estos síntomas procuramos hablarlos con los padres en primer lugar y, con esa sintonía entre padres y colegio, podemos llegar a saber si le está pasando algo relevante a este alumno.
- Es decir, que las calificaciones muchas veces están relacionadas con el bienestar emocional. ¿Muchos colegios simplemente se quedan con que no estudian lo suficiente o que a lo mejor están vagueando? ¿Hay que ahondar más sobre cuál es el problema de este niño?
Estoy totalmente segura de que en muchos casos tiene que ver con un tema más personal. Por supuesto que cualquier persona puede tener más o menos habilidad en una asignatura o tener una racha peor, pero casi siempre nos tenemos que preguntar si hay algo más.
- Acabáis de ser galardonados por la Universidad Internacional de La Rioja en los Premios de la Excelencia de Bienestar Emocional y Psicología 2023. ¿Faltan muchos medios en los colegios y necesitamos más bienestar emocional y esas herramientas hoy en día?
Creo que sí, que nos faltan recursos. Lo primero, porque el profesor normalmente no tiene esa capacitación para detectar síntomas o para darse cuenta a tiempo de un problema. A veces en los colegios nos tenemos que buscar maneras de capacitarnos. También nos falta tiempo, porque tenemos muchas horas de clase y no siempre encontramos otros espacios para poder conversar, tener una conversación más tranquila con un grupo de niños o en el recreo, o una conversación, una tutoría un poquito más larga. Y a veces nos cuesta encontrar ese tiempo y luego estar mejor preparados. Y eso es algo en lo que estamos trabajando en Fuenllana.
- Nos falta tiempo en el colegio, en las familias, a los padres… Quizá los adolescentes y los niños lo que reclaman es tiempo.
Quizás sí. No solo es tiempo porque es fácil echarle la culpa a que nos falta tiempo. A veces es prestar atención y estar más a gusto con las personas. A veces los móviles, las redes sociales pueden enfriar las relaciones o quitarnos tiempo para mirarnos a la cara. Hay un libro que a mí me gustó mucho, que se llama Educar mirando a los ojos y que precisamente habla de dedicar a las personas un tiempo más tranquilo y de mirar más allá de las cosas más externas.
¡No te pierdas la entrevista!