Fecha: 24/10/2023
Continuamos con el Biblioforum familiar con la obra «Nuestros antepasados», de Italo Calvino, el próximo 27 de octubre.
En el centenario de su nacimiento (La Habana, 1923) nuestra experta, Pilar de Cecilia, nos propone una de las obras más significativas de este gran escritor, filósofo y ensayista italiano.
Se trata de una trilogía: El Vizconde demediado (1952) , El barón rampante (1957) y El caballero inexistente (1959). En las tres obras destacan la fantasía de las historias, la irrealidad de los personajes y las situaciones que rayan el absurdo. El propio autor decía de sí mismo «He sido siempre más un autor de cuentos que novelista” y realmente es lo que parecen estas historias, cuentos de altísima calidad literaria y agudeza intelectual que reflejan la visión que del hombre contemporáneo tiene el propio escritor.
Detrás del diseño de cada personaje, de las descripciones ambientación histórica, desarrollo argumental y estilo narrativo, descubrimos un escritor profundamente intelectual. Sus conocimientos sobre historia de Europa,filosofía, política, antropología, ciencias naturales y sociología los pone al servicio de la literatura para hacer de ella un arte con el que aprender y del que disfrutar.
El Vizconde demediado es Medardo de Terralba que, en la guerra contra los turcos, es partido por la mitad a causa de un cañonazo. Cada mitad vuelve al castillo en momentos diferentes. Primero llega la mitad mala y siembra el terror con sus despiadadas ocurrencias que resultan absurdamente cómicas e inverosímiles. Después aparece la mitad buena de Medardo, sembrando el bien y enmendando las fechorías de su «otro yo”. Finalmente el amor por la pastorcilla Pamela les vuelve a unir en un nuevo hombre más maduro y completo que antes.
El Barón rampante es Cósimo Piovasco de Rondó que, a la edad de 12 años, después de una acalorada discusión con su padre el Barón de Rondó a cuenta de un guiso de caracoles que el chico se niega a comer, abandona la casa familiar y trepa a un árbol del jardín prometiendo no volver a bajar jamás. Su vida transcurre en un hábitat totalmente inverosímil para el futuro heredero del Barón. Sin embargo, Cósimo se mantiene siempre fiel a su decisión. En las cimas de los árboles hará amistades de toda condición y posición social, se convertirá en ilustrado enciclopedista y masón, amará y será amado, logrará una reputación y respeto sin hacer valer su título sino dando buenas ideas y ayudando a que los campesinos las lleven a cabo. Su final es tan sorprendente cómo su principio y en su epitafio leemos “ vivió en los árboles, amó siempre la tierra, subió al cielo”.
El Caballero inexistente es Agilulfo que sirve junto a otros caballeros en el ejército franco de Carlomagno defendiendo la cristiandad de los enemigos sarracenos. Con su armadura blanca impoluta y su perfecto conocimiento del arte de la guerra y de la caballería, compensa su inexistencia con su gran fuerza de voluntad y su adhesión ciega a la causa. Su estricto cumplimiento del deber le hace antipático a todos. Sin embargo, la gran guerrera amazona Abradamante está totalmente enamorada de él. Una trepidante trama se desencadena cuando el Caballero Turrismundo de Cornualles pone en duda la legitimidad del título del Caballero inexistente obtenido por defender la virginidad de Sofronías, hija del Rey de Escocia y supuesta
madre del de Cornualles. Ambos tendrán que demostrar la veracidad de su pasado para poder seguir teniendo sus privilegios y títulos.
Es imposible terminar cada historia sin preguntarse qué ha querido decir el autor con esta obra. Nos ha hablado de un vizconde partido por la mitad, de un hombre capaz de autoimponerse una regla a la que ser fiel de por vida y de alguien que no es. El propio título da pie a pensar que se trata de tres maneras de ser hombre. Todos poseemos esos rasgos, esas limitaciones y esas aspiraciones que son universales en la naturaleza humana. En su Nota a la Edición de 1960 el autor nos deja libertad para interpretarlas como queramos porque su objetivo es que las historias “comiencen su verdadera vida en el imprevisible juego de preguntas y respuestas suscitadas en el lector”.
Queridos lectores ¡Que comience el juego!