Pilar Arévalo

Pilar Arévalo (VIII Promoción) decidió estudiar biología para saciar su curiosidad, cuando todavía era alumna de Fuenllana. Estuvo a punto de formar parte del ejército  estadounidense y optar por un máster puntero en Texas, cuando decidió cambiar el rumbo de su vida. 

 

¿En qué momento decidiste que querías estudiar biología?

Fue en Bachillerato. Al principio quería estudiar ingeniería. Mi profesora de biología, que era Ana Torres, preguntaba todos los días. Si te lo sabías perfecto te ponía un nueve, y si querías llegar al diez tenías que ampliar conocimiento. Así que empecé a ahondar en la asignatura, me atraía muchísimo todo aquello: los animales, los planetas, el ser humano… Enseguida me enganché, soy muy curiosa y me atrae mucho el mundo. Me pareció que la biología podía saciar mi curiosidad.

 

¿Cuál era tu plan inicial tras acabar la carrera?

Mi plan inicial tras acabar la carrera era hacer un máster de neurociencia en EEUU, en la universidad Texas Tech. Para pagarlo (la universidad allí es carísima) iba a meterme en el ejército americano. Nací en EEUU y tengo la ciudadanía, esto aquí es raro pero en EEUU es algo normal. Pero un día, en la universidad, un profesor nos habló sobre el futuro profesional, “¿estáis viviendo una vida que no queréis? ¿para qué sentís que estáis llamados?”.

 

Nos animó a pensar cómo queríamos vivir realmente nuestras vidas. Yo llevaba un año en un laboratorio, me gustaba pero no como para dedicarle mi vida. El máster que iba a hacer trataba de eso.  Entré en un conflicto interior ¿cómo voy a decir no a ese máster? es una gran oportunidad, ¿qué iban a pensar mis padres, mis amigos, yo misma? Cuando empecé a profundizar, me di cuenta de que podía decir que no. Entendí que no quería aquello en ese momento. 

 

Pilar Arévalo

 

¿Qué hiciste entonces?

Seguí profundizando y pensé: “Pilar Arévalo: ¿qué es lo que de verdad te llena?, la docencia, el servicio y los niños”. Mi plan en EEUU no tenía ninguna de las tres. 

“¿Qué hago? ¿Me voy de misiones?”, pensé. Es algo que he querido hacer siempre y es el momento perfecto. Sentía que necesitaba hacer un parón. Decidí dar una vuelta a mi vida. Hacer algo que de verdad me llenara. 

Mi novio Pedro estaba pasando por lo mismo que yo. Ha sido un gran apoyo a lo largo de este proceso. Empezamos a buscar opciones y conocimos la Fundación NAMA (Fundación Navarra de Asistencia Médica en África) que promueve la formación en ciencias de la salud y la medicina en África subsahariana. Nos contaron su proyecto de oftalmología en Monkole, Kinshasa. Nos pareció súper emocionante y súper interesante. Decidimos que queríamos formar parte de aquello.

 

¿Qué es Monkole?

Monkole es un hospital situado en Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo. Es un hospital general pero se centra en el área materno infantil.  El proyecto consiste en implementar la unidad de teleoftalmología en Monkole.

Aunque el centro se dedique en gran parte a necesidades primarias, como las enfermedades infecciosas, los niños tienen que ver. Hay muchos problemas de cataratas, hay muchas enfermedades que derivan de la vista. 

 

¿En qué consiste el proyecto? ¿Cuál es tu función?

Vamos a mejorar la unidad que ya hay allí, e implementaremos la teleoftalmología. Permitirá que médicos europeos pasen consulta en África. Primero estudiaremos cuál es su situación. Iremos con un oftalmólogo a comprar equipos para dotar de buenos aparatos al hospital. Una vez que tengamos datos de los pacientes, se mandarán al médico europeo que hablará con ellos y les dará el diagnóstico.

Pilar Arévalo

Es un proceso más complejo, irá en fases. Habrá formación para el médico de allí también.

Mi papel será de optometrista, como técnico. Graduar, medir la agudeza visual…etc. Es lo que estoy aprendiendo ahora en la Clínica de la Universidad de Navarra. Mientras que yo me encargo de la parte clínica, Pedro se ocupa de la gestión: nuevas iniciativas, colaboraciones…etc. Llevamos ya 7 meses preparando todo.

 


«Fuenllana me enseñó la importancia de hacer bien las cosas. Hacer algo bien o hacerlo mal no da igual»


 

Eres Alumni de Fuenllana, ¿Qué valores crees que te inculcó Fuenllana ahora que has entrado en la vida profesional?

Fuenllana me enseñó la importancia de hacer bien las cosas. Hacer algo bien o hacerlo mal no da igual.

En Fuenllana también aprendí la importancia de las relaciones humanas. Me he dado cuenta en la gestión del proyecto. Solemos proponernos objetivos, actuamos, ejecutamos, pero no nos paramos a pensar en las personas al otro lado. A mí me sale mucho más pensar en la gente. Eso me lo inculcó Fuenllana.

 

¿Cuál es tu consejo para alguien que está pensando en dar un paso como el que tú has dado?

Que no tengan miedo, que se lancen, van a hacer mucho bien y van a aprender mucho.

 

¿Cuál es tu mejor recuerdo de Fuenllana? 

Bua, ¡es que tengo tantos! El colegio ha sido una de las mejores etapas de mi vida. Elegir un recuerdo solo… ¡Qué difícil! Me estoy acordando de esos momentos, estudiando para selectividad, toda la piña que hacíamos en clase. Recuerdo esos momentos de amistad con muchísimo cariño. 

 

Y por último, pero no menos importante: ¿Cuál era tu plato favorito del comedor?

¡Mi plato favorito del comedor! ¡Qué fuerte! Me acuerdo de que me encantaba la lechuga. Me suena que había filete con puré de patatas que me encantaba. ¡Y también el arroz con tomate! Entre esos dos estaría. 

 

@fuenllana_alumni