¿Qué es la preceptuación?

En Fuenllana creemos que lo más importante es el bienestar de los alumnos, que sean felices. La preceptuación es la herramienta con la que los acompañamos en su etapa escolar de manera personal.

Llamamos preceptuación al acompañamiento que recibe cada alumno y cada familia desde que comienzan su vida a Fuenllana hasta que culminan su paso por el centro.

Desde la Escuela Infantil, cada alumno cuenta con un preceptor personal que se hace cargo de manera directa de ayudar, aconsejar y acompañar tanto al alumno como a su familia en el proceso de su desarrollo personal a lo largo de su etapa escolar, junto al Gabinete Psicopedagógico.

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5 claves de la preceptuación

  • Acompañamiento Personalizado

    Cada alumno es único. Los preceptores conocen sus fortalezas, debilidades, intereses y necesidades específicas, lo que les permite ofrecer orientación adaptada a cada alumno.

  • Apoyo Emocional

    Brinda un espacio seguro para que los estudiantes compartan sus preocupaciones, ansiedades y logros, promoviendo su bienestar integral.

  • Seguimiento del rendimiento académico

    Siguen el rendimiento académico de los estudiantes, identificando posibles áreas de mejora y proporcionando estrategias para abordar desafíos. Esta labor contribuye a un progreso continuo y al desarrollo académico del estudiante.

  • Orientación Académica y Profesional

    Ayudan a los estudiantes a comprender sus opciones educativas, a establecer metas y a planificar su futuro académico y profesional.

  • Comunicación con Padres y Docentes

    Los tutores actúan como enlace entre los padres, los docentes y los estudiantes. Facilitan la comunicación efectiva, informando sobre el progreso académico y el comportamiento, y colaboran con otros profesionales para garantizar el desarrollo integral del estudiante.

En Fuenllana somos conscientes de que cada alumno es único, cada familia es única y que, aunque las etapas evolutivas responden a unos patrones comunes, las circunstancias familiares, las experiencias personales y el propio carácter, hacen que cada niño vaya forjando su personalidad de manera diferente y afronte, por tanto, la vida de forma distinta.

El preceptor, profesor experto en educación, se encarga de acompañar a su preceptuado y a sus padres en:

  • Modo en que este va creciendo en el ámbito académico-intelectual
  • Fortalecimiento de su voluntad
  • Desarrollo afectivo-relacional
  • Habilidades sociales
  • Crecimiento espiritual
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Se pretende que la preceptuación sea un acompañamiento en el proceso de madurez del alumno y por esto la herramienta es la de ayudar a pensar, a contemplar los matices de una situación, los pros y contras, ayudando al alumno a la reflexión.

No se dan recetas ni consejos estandarizados. Tampoco es una relación impositiva, sino que se pretende ayudar al alumno a tomar sus propias decisiones en el ejercicio de su libertad.

Para un desarrollo sano, es necesario tener en cuenta la complejidad y riqueza de cada persona, atendiendo a todas sus dimensiones y buscando el equilibrio y la armonía. Esta es la tarea principal del preceptor y esto no sería posible sin una estrecha relación con los padres.

Cada etapa es un medio que facilita la concreción de su propio proyecto personal que debe ir de la mano, o así procuramos, del proyecto familiar.

En Fuenllana está establecido que cada alumno tenga al menos una conversación mensual con su preceptor. Esta conversación se lleva a cabo con naturalidad, en espacios donde el alumno esté cómodo: en una zona habilitada para preceptuación o paseando por el jardín. Lo importante es que el alumno sea quien, poco a poco, vaya tomando las riendas de sus metas, decisiones, puntos de mejora y modo de llevarlos a cabo.

El papel de los padres

La preceptuación va de la mano de los padres. Son un pilar fundamental para conocer al alumno en todas sus versiones.

El preceptor estará disponible y en contacto constante con la familia, lo que facilita el seguimiento. Los padres pueden acudir al colegio a hablar con el preceptor de cada uno de sus hijos siempre que lo estimen oportuno.

La periodicidad mínima para que haya una relación fluida es al menos una vez al trimestre. Esto facilita la labor del preceptor ya que los padres, educadores de sus hijos por excelencia, son quienes aportan la visión del hijo en el hogar. Ese flujo de información padres – preceptor hace posible alinear criterios y ayudar a los alumnos de manera completa.

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La presencia de un tutor en el colegio contribuye significativamente al bienestar y emocional y al éxito académico de los estudiantes al proporcionar orientación personalizada y apoyo integral. Este enfoque individualizado puede marcar la diferencia en el desarrollo personal y académico de cada estudiante.

Blanca González Casanova, directora del Departamento de Formación y Familias