La alimentación es un pilar fundamental en el crecimiento y desarrollo de los niños, que hace fundamental un buen menú equilibrado.

En la etapa escolar, donde se adquieren hábitos que pueden acompañarles toda la vida, ofrecer un menú equilibrado es clave para asegurar su bienestar físico, emocional y académico, lo que facilita una alimentación saludable.

¿Qué entendemos por un menú equilibrado?

Un menú equilibrado es aquel que incluye variedad, calidad y proporciones adecuadas de los distintos grupos de alimentos. De forma general, debe contemplar:

Frutas y verduras: fuente de vitaminas, minerales y fibra.
Cereales, arroz, pasta y tubérculos: aportan energía para afrontar la jornada escolar.
Proteínas saludables: carnes magras, pescado, huevos, legumbres.
Grasas de calidad: aceite de oliva, frutos secos o aguacate.

Este tipo de alimentación contribuye no solo al crecimiento físico, sino también al desarrollo cognitivo y emocional, ya que una buena nutrición favorece la concentración, la memoria y el estado de ánimo.

Además, es importante priorizar alimentos frescos y de temporada, y reducir el consumo de productos ultraprocesados, que suelen contener exceso de azúcares, sal y grasas poco saludables.

Beneficios directos en la vida escolar

Un menú equilibrado repercute positivamente en distintos aspectos del día a día:

Mayor capacidad de atención y rendimiento académico.
Mejor comportamiento y regulación emocional.
Menor riesgo de obesidad infantil y deficiencias nutricionales.

El papel del comedor escolar

El comedor no es solo un espacio donde los niños comen, sino también un entorno educativo. A través de él:

Se aprenden rutinas y buenas prácticas alimentarias.
Se fomenta la autonomía y la convivencia.
Se introducen nuevos alimentos de forma gradual y positiva.
Se garantiza que los menús estén diseñados y supervisados por profesionales.

En Fuenllana, el comedor es una parte del colegio que integra por un lado la alimentación de los alumnos, y por otra, la parte más educativa. Contemplamos más de 15 menús estudiados para las diferentes necesidades de los alumnos.

Familias y escuela: un trabajo conjunto

Para que los hábitos saludables se consoliden, es fundamental la colaboración entre el centro educativo y las familias. Cuando en casa se refuerzan los mismos valores alimentarios, los niños integran con mayor facilidad la importancia de cuidarse y elegir bien lo que comen.

Además, instituciones como la Comunidad de Madrid llevan a cabo un plan de formación en las escuelas. Esta acción convierte la alimentación de los niños en una prioridad.

En resumen, ofrecer un menú equilibrado en la infancia no solo mejora la salud, sino que sienta las bases de un estilo de vida responsable y consciente. Una buena alimentación hoy es un mejor futuro mañana.