Fecha: 01/06/2017

JESÚS, TU ERES EL CORAZÓN DEL COLEGIO

Con estas palabras terminó, D. José María, el Capellán del Colegio, la solemne Procesión Eucarística que tuvimos el pasado viernes 26 de mayo en el Colegio.

Ha recordado que el mes de Mayo, tan ajetreado en Fuenllana, con exámenes, graduaciones, Primeras Comuniones, Confirmaciones, es también el mes de la Virgen, de nuestra Madre. Un mes de acción de gracias. Un mes eucarístico.

Desde días anteriores, las madres, profesoras y alumnas junto con las personas de mantenimiento y gobernantas, han estado trabajando para que el recorrido de la procesión estuviera lleno de flores, pero sobre todo lleno de cariño.Han sido impresionantes las alfombras, hechas con serrín de colores, que a lo largo de todo el recorrido han hecho las profesoras, con las alumnas de la ESO.

Procesión Eucarística

Entre todos se ha conseguido que los patios de Fuenllana, sean un inmenso Oratorio. Recorrerlos, hoy, siguiendo a los sacerdotes con la custodia, bajo palio, llevada por alumnas de bachillerato, ha sido un paseo especial, en el que hemos pedido tantas cosas al Señor: Por el Papa, por el Prelado del opus Dei, por todas las familias del Colegio, por los cristianos perseguidos, por los más necesitados. Y también hemos agradecido tantas cosas que a lo largo de estos meses de Curso, nos han ido pasando

Los trajes de Primera Comunión, han vuelto a poner en primer lugar, la ilusión y la devoción de las niñas, que hace pocos días recibieron por Primera vez a Jesús Sacramentado. Los niños y niñas de Infantil y Primaria han esperado pacientemente en sus patios, y con cucuruchos llenos de pétalos de rosas, se los han tirado con todo cariño al paso de la Custodia.

Nos han acompañado muchas familias, y es de destacar la emoción de las abuelas y abuelos al acompañar junto a sus nietas y nietos  esta solemne procesión Eucarística.

A la entrada del Edificio de Ciclos, estaba puesto el último altar y D. José María,  ha impartido la Bendición, recordándonos que pidamos a la Virgen un amor grande a su Hijo Sacramentado, que nunca nos acostumbremos a tratarlo y que nos enseñe a tratarlo como ella lo trata.