En una tarde cargada de emoción y significado, el Colegio Fuenllana celebró la graduación de la Promoción XV de 2º de Bachillerato, marcando el cierre de una etapa fundamental en sus vidas académicas y personales.

La tarde empezó con una misa de acción de gracias en la que Don Josemaría recordó al Papa Francisco y su cariño especial a los jóvenes. Les animó a ascudir a la Virgen para que siempre les cuide y les proteja.

La ceremonia, que tuvo lugar en el salón de actos del centro, contó con una mesa redonda presidida por Mariana Martínez (directora), Asunción Merino (adjunta Bachillerato), Julio Llorente (ponente) y Sofía (presidenta de Alumni), quienes ofrecieron palabras inspiradoras a las estudiantes y sus familias.

Mariana fue la encargada de pronunciar el discurso central del acto, en el que evocó la historia del explorador Sir Ernest Shackleton y su mítica expedición a la Antártida. A través de esta metáfora, quiso transmitir un poderoso mensaje sobre la importancia del apoyo mutuo, la resiliencia y la confianza en quienes nos acompañan en el camino. “Espalda con espalda”, repitió con fuerza, refiriéndose al valor de saberse sostenido por otros —padres, profesoras, compañeras— en los momentos de dificultad.

“La primera espalda que habéis tenido han sido vuestros padres”, dijo Mariana, animando a las alumnas a mirarles a los ojos y reconocer el esfuerzo constante que han hecho por ellas. También dedicó palabras de agradecimiento al claustro de profesoras, “testimonio de un estilo de vida profundamente humano y cristiano”, y resaltó la amistad única que se cultiva en el colegio, una hermandad que trasciende el tiempo y las circunstancias. Finalmente, recordó la presencia discreta pero constante de Dios, esa “espalda más ancha, más amable y más segura” que acompaña cada paso.

Por su parte, Julio, periodista y escritor, centró su intervención en el sentido profundo de la educación y el estudio. Planteó preguntas provocadoras como: “¿Por qué estamos aquí y no en otro lugar?” o “¿Por qué tengo que ir al colegio?”. En sus palabras, destacó que el verdadero propósito de la escuela no es formar trabajadores, sino personas. “Estudiáis para ser mejores personas”, subrayó, señalando que el origen del estudio es, en realidad, un acto de amor y de enamoramiento con la verdad.

“El estudio es amor, y amor, estudio”, afirmó, alentando a las alumnas a ir más allá de lo superficial y “penetrar en la esencia de las cosas”. También insistió en que la búsqueda de la verdad no es una tarea individual, sino comunitaria, y que la educación es una batalla constante contra la ignorancia.

También hubo un espacio para las propias alumnas. Las delegadas hicieron un recorrido por todos los años que han estado en Fuenllana, el colegio que les ha visto crecer. Los recuerdos y las anécdotas hicieron que cayera más de una lágrima de emoción.

Y, cómo a partir de ese momento ya se convirtieron en Alumnis, Sofía tuvo unas palabras de bienvenida a la gran familia de Alumni.

El acto concluyó con la tradicional imposición de becas, fotos de grupo y abrazos cargados de nostalgia. Las alumnas, emocionadas, se despidieron de los pasillos que han recorrido durante años, sabiendo que llevan consigo no solo conocimientos, sino una red de apoyo incondicional.

Así, el Colegio Fuenllana despidió a una nueva promoción, segura de que estas jóvenes están listas para dejar huella en el mundo, con el corazón lleno de gratitud y la mirada puesta en un futuro prometedor.