Fecha: 13/05/2016
Camino de Santiago: Viaje, Voluntad, Valentía, Verdad, Victoria, Vida.
Esta ha sido la experiencia que han tenido las alumnas de tercero de la ESO. Ha sido un camino duro y extenuante para todas, pero cada una lo ha vivido de una manera diferente. Algunas han dado un paso más en su fe, otras han salido de sí mismas, otras muchas han saboreado la vida fuera de la comodidad de las cuatro paredes de su casa y han aprendido a ver el mundo a través de sus propios ojos sin necesidad de utilizar una pantalla.
Sin embargo, el Camino de Santiago es como el colegio, no se llega sabiendo, con las cosas ya aprendidas; hay que hacer el viaje para llegar a la meta.
En este viaje, la primera etapa no fue como ellas habían imaginado. O iban demasiado rápido como para disfrutarlo o iban muy despacio pensando en sus dolencias, pero por fortuna eso cambió a lo largo de los días. Todas ellas se dieron cuenta de lo mucho que apreciaban en esos momentos las cosas sencillas que antes habían pasado inadvertidas: un fresco vaso de agua, un amable «buen camino», una amena conversación con una compañera, una cama blandita, una ducha caliente,etc.
Pequeños actos de fortaleza se convertían en algo heroico; como en una ocasión en la que una alumna a mitad del recorrido perdió su credencial y, al darse cuenta, emprendió el camino de vuelta dispuesta a buscarla. Por suerte, unas de sus compañeras la habían encontrado y se la devolvieron antes de que doblara la distancia recorrida.
Se convirtieron en unas auténticas peregrinas, gozando al leer las palabras «comida gratis» y agradeciendo todos esos pequeños actos de misericordia para con ellas.
Llegaron a Santiago entre exclamaciones, sollozos y brincos de alegría mientras la melodía de una gaita les daba la bienvenida.
El viaje había merecido la pena. Asistieron a la misa del peregrino disfrutando del bota fumeiro(sus plegarias habían dado fruto, puesto que unos peregrinos de Filipinas habían hecho posible su uso). Sus sueños y deseos se fundieron en un abrazo al Apóstol y tuvieron la maravillosa oportunidad de pasar por la Puerta Santa en Año Jubilar.
Pensaban que el viaje había terminado pero no había hecho más que empezar.
Ana Lucía y María P. alumnas de 3º de ESO
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